viernes, 9 de agosto de 2024

Nocturnos / Oliverio Girondo

 




5


La lluvia,
con frecuencia,
penetra por mis poros,
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco, 
los huesos,
la memoria.

Entonces,
me refugio
en su rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario