Mujeres crujientes al sol crudo. Sólo tú permaneces, una y posible,
en medio del retumbar de las playas.
Obligándome a aceptar tu nueva luz, tu desafío.
Un día cualquiera volveré a amarte como en el gesto primero del
mundo. Una noche cualquiera un hombre desnudará tu rostro y verá
los colores reales de la tormenta.
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