Afuera
hay sol.
No es
más que un sol
pero los
hombres lo miran
y
después cantan.
Yo no
sé del sol.
Yo sé
la melodía del ángel
y el
sermón caliente
del
último viento.
Sé gritar
hasta el alba
cuando
la muerte se posa desnuda
en mi
sombra.
Yo lloro
debajo de mi nombre.
Yo agito
pañuelos en la noche
y
barcos sedientos de realidad
bailan
conmigo.
Yo oculto
clavos
para escarnecer
a mis sueños enfermos.
Afuera
hay sol.
Yo me
visto de cenizas.
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