Como el pesado viento de la ciudad, así tu belleza gira
en torno de mi habitación ya húmeda y cercada por la noche.
De qué manera encauzar con tu destino inexcusable
estos afanes en desorden, esta conspiración por el azar,
esta tensión vacilante entre el milagro y la aventura.
Mirándolo todo claramente, tus ojos siguen dando vueltas
Mirándolo todo claramente, tus ojos siguen dando vueltas
alrededor de mi condena.
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