a pesar de todo lo que respira
y se mueve, porque el Destino
(con las más largas manos blancas
puliendo cada pliegue)
deslavará del todo mi memoria y la tuya
antes de abandonar mi cuarto
me vuelvo (e inclinándome
por entre la mañana), beso
esta almohada, amor mío,
donde nuestras cabezas vivieron y fueron
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