viernes, 17 de febrero de 2023

Carta de enero / Francisco Madariaga

 




1

Tengo ganas de leer algo hoy.
Me sangra la poesía por la boca.

Yo era un estudiante y me adoraba la Naturaleza,
pero estaba olvidado,
me hería la plenitud del Universo,
y ahora te sacudo a ti, monte de cabellos rojos,
tierras paradas en aguardiente correntino,
grandes balsas de agua alojadas en la boca.

El pavor es celeste, el líquido terreno es fuego,
los pavos reales han sido capados por el sol,
y yo ando por la siesta:
provocador de las grandes fuentes sombrías,
alojado en la voluntad animal.

2

¿Dónde pedir auxilio sino en la Tierra?
El mar es un cantor inseparable

Pero tú tienes también llamaradas acuáticas,
Tierra,
¡Acuarelas para quién sabe qué candor!

Yo soy un niño y nadie me podrá recibir,
pero tengo coraje
y ese nativo puro que arroja los paisajes por
la nariz.
Tengo un collar para todo lo que arde.

3

¿El alba guaraní gime en mi memoria?
¡Oh francés degollado por las aguas!
en las ex -bocas de las puntas celestes del
paisaje desprendido.

Sin duda nadie cuida de mi memoria,
ni le selecciona parajes ardientes.
Nadie utiliza mi falta de elegancia
cuando expiro con la leche de las frondas
sedientas.

Yo no quiero cantar países natales,
sino medallas de carne de sol,
telas de la naturaleza,
conciertos de las tumbas salvajes,
hijas de la ternura natural.




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