domingo, 22 de mayo de 2011

Filosa última sombra

Morir en el mar



En las tinieblas de la tarde
el silencio se vuelve pesadumbre.
En la playa aguarda un infierno,
acecha desde otro mundo infinito:
el ocaso.

Y de pronto el horizonte desaparece
y todo se vuelve llamarada
y el fuego del cielo quema la vida.
Las alas ardiendo,
gaviotas-cuervos
huyen.
La espuma rosada ya mancha las orillas.

Yo también quisiera huir.
Pero mi alma,
manchada de nuevo con la sangre de otros tiempos,
se diluye en canción amarga que entona el mar.

Un viejo dolor que ya no se nombra
vuelve como un fantasma
para la última puñalada.

María Laura Sánchez

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