Nunca tuve una amiga que se llamara Elisa
qué hermoso nombre te pusiste
para que yo te conociera
fue en Suipacha y la noche
nos presentó el azar
a la salida de un miércoles de junio
en la mesa del bar
quedaron tus palabras calentando el otoño
y en mi casa estos versos
como pequeños pájaros de frío
confidencias que uno le hace a la vida
nostalgias que se lleva la noche
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