viernes, 24 de febrero de 2017

Rebelión contra el espíritu crepuscular de la poesía moderna / Ezra Pound





Quisiera sacudir el letargo de éste nuestro tiempo y dar
por sombras, formas de poder,
hombres, a cambio de sueños.

“¿Es mejor soñar que hacer?”
                                                ¡Sí y No!
¡Sí! si soñamos grandes actos, hombres enérgicos,
corazones ardientes, pensamientos poderosos.

¡No! si soñamos en pálidas flores,
en la lenta pompa de horas que caen lánguidamente
como frutos pasados de árboles marchitos;
así, vivimos y morimos sueños, no vida.
¡Gran Dios, danos vida en los sueños!
¡No distracción, sino vida!

Seamos hombres que sueñan, no cobardes,
especulando, esperando
que el Tiempo muerto despierte y nos otorgue un bálsamo
para males sin nombre.

Gran Dios, si estamos condenados a no ser hombres sino sueños solamente,
¡entonces seamos sueños que hagan temblar al mundo,
y sepamos gobernarlo, aunque sólo seamos sueños!
¡Seamos tales sombras que hagan temblar al mundo,
y sepamos ser los amos, aunque sombras solamente!

Dios poderoso, si los hombres sólo son espectros pálidos y enfermos
que deben vivir en la niebla y en estas luces mitigadas
y temblar por las horas oscuras que llaman ruidosamente
o dejan al pasarlos su huella violenta,
gran Dios, si éstos tus hijos se han convertido en algo tan efímero,
te mando que agarres el caos y engendres
alguna otra prole tiránica que junte las colinas
y agite esta tierra nuevamente.




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