sábado, 27 de agosto de 2016

Ciudades de hierro / Malcom Lowry






Pensamientos de hierro navegan al atardecer en barcos de hierro;
se mueven silenciosos como luces lejanas mientras doce canoas
se sumergen en su ancla cuando el ferry escupe
y gira como una esfera en los remolinos de la marea,
su kikirikí medio ahogado por pipas cegadas
y emplumadas de humo. El barco pasa. Los cúters
se alejan. Huelga de campanas. El ferry expulsa
una última frase blanca; y los labios humanos
una última negra, cargada con la bienvenida de
la pérdida. Pensamientos dejan la ciudad implacable;
aunque los propios barcos sean de hierro y no tengan piedad:
mientras los hombres tienen corazones y costados que sufren y se oxidan.
Pensamientos de hierro zarpan de ciudades de hierro en el polvo,
aunque suaves como palomas,
los pensamientos vuelen de vuelta a casa.





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