lunes, 7 de diciembre de 2015

Esta tarde / Pedro Mairal




Todo sucede dentro del breve resplandor
de un gran espejo.
Ya no es la sombra que trae hasta los sueños
caballos muertos.
Ahora brilla el invierno
con la tarde inclinada en las veredas.
La luz en su hora grave de altísima marea
inunda en su follaje de lúmenes el aire,
pasa a través del clima, del humo,
de todas las ventanas de este café sin sueño.
Una sombra le nace a las palabras,
a los hombres sentados, a las sillas.
Un colectivo pasa,
el rayo de la tarde lo atraviesa
y ametralla de luz las soledades.
Abren la puerta,
entra el sol con un gato que se trepa a una silla.
Apenas en minutos,
hay algo que se va como un perfume.
El fracaso del fuego y el silencio
apagan este día para siempre.

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