jueves, 26 de diciembre de 2013

Las cosas / Santiago Kovadloff







Entro a casa a las tres de la tarde.
Yo no debía volver hasta la noche
pero un olvido me impuso el regreso.

No hay nadie aquí.
Camino a mi cuarto me golpea
la inmóvil contundencia de las cosas
y me siento un intruso en la casa vacía.

La cosas son los habitantes de la casa.
Las cosas que salen a vivir
                                cuando no estamos
y un silencio quieto oprime todo
como un dios insidioso a su universo.

La extraña relevancia de un zapato,
la ropa inerte en la cama deshecha,
vasos a medio beber en la cocina,
prueban que a esta hora
                                la casa nos excluye,
que aquí, a esta hora, solo viven las cosas,
las cosas desprendidas de nosotros
que se extienden por la casa con un aliento ajeno,
con una fuerza que me empuja hacia la puerta,
que exige que me vaya, que olvide lo que busco,
que vuelva por la noche a una casa que no es ésta.

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