miércoles, 27 de marzo de 2013

Estación / Fabián Clementi





Todo hace pensar ahora
que la lluvia negra y platinada
se marchó: mis conejitos
blanco nieve del jardín
persiguen el borde de las flores con el salto
feliz de los que ríen.
Florecidas ya las retamas
el estanque que de a poco se serena
recorre mi pecho, como aquel río que alguna vez
se detuvo para siempre en el corazón
de Juanele:
elefante de agua azul
que sigilosamente
penetraba ocultado por los sauces
el  cauce claro de los sueños.
Mi nombre sólo se humedece
y jadea ante la imposibilidad
de decir el poema: gotas grandes y rojas
bajo este cielo gris
que recién me abandona.


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