martes, 18 de enero de 2011

El más grande de todos








Soledad de molino


Hoy, según el diario,
reabrirán los burdeles de París.
Y no sé por qué, en esta madrugada
―mientras contemplo unas venus
deambular entre la noche―,
pienso en vos, Baudelaire.
Quizá por ese Moulin Rouge
olvidado
en la Avenida Boulevard.

Sería bueno que vinieras acá
para remontar tu albatros.
Tal vez así
se desplegaría una ráfaga de fulgor
para hacer girar,
por fin,
las alas de este molino:
la petrificación de un amor desesperado.

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